Esta mesa la encontró mi suegro en la basura, la verdad es que era la mejor ubicación posible para ella debido a su lamentable estado. A pasado varios años en este estado en el jardín de Torreblanca sin que nadie se atreviera a deshacerse de ella ya que Carlos falleció hace escasamente un año y a la mesa del abuelo se le cogió un cariño especial.
Me aventure sin pedir permiso a nadie a cambiarle su estado tan pésimo, tarea difícil ya que los desconchados no se podían quitar, me llevaba trozos enteros, decidí pintarla por encima y que quedara lo más digno posible.
Este es el resultado, supongo que el abuelo pensara que ya era hora de hacer algo con ella (ya que según sus palabras “si estaba nueva”), supongo que para los demás también será una buena idea pero en el fondo me da igual lo que piensen, siempre es bueno asumir los cambios.